miércoles, 13 de julio de 2011

PROYECTO 5

LA IDEA

Una casa del Lago de Como de los años ’50, necesitaba un toque de aire fresco, revalorizar sus espacios y adaptarlos a una nueva familia. Sus entornos, el jardín y la luz natural han sido las guías del proceso, sin olvidar la funcionalidad y la exigencia de reutilizar parte del mobiliario para contener los costes.
  
EL PROYECTO

El esfuerzo se centro en renovar y adaptar las zonas de servicio, cocina y baños, y en redefinir la distribución del mobiliario, las instalaciones y la decoración en los otros locales. Se optó por crear un amplio local de cocina-comedor orientado hacia el jardín para aprovechar la terraza exterior y su  uso en verano. El suelo de pizarra se combina con el blanco de los muebles, intercalados con madera de abedul, y con la pared verde-azul a la que se apoya una antigua vitrina restaurada. La pared que separa la cocina del recibidor principal, vista la elevada altura de los techos, queda abierta a un distribuidor que funciona de guardarropía y conecta a un cuarto técnico y a una zona de juegos. El baño de esta planta se decoró con colores pastel en tonos verdes, en referencia a los colores del lago y haciendo un guiño a las decoraciones de la época de la casa. La zona de estar y comedor principal, estructuralmente separadas por la escalera de acceso a la planta inferior, miran hacia el lago con amplios ventanales. La luz y los colores cambiantes del lago nos guiaron en la elección de los colores de toda la vivienda, así que utilizamos un color hielo como base y colores entre el verde y el azul, siempre matizados hacia el gris, para dar fuerza y profundidad ad algunas paredes. En la habitación de los niños redecoramos un preexistente armario empotrado con dibujos coloristas en vinilo. El baño de la zona noche, en tonos azules, incluye un lavabo doble, por un mejor provecho, y está alicatado asta los 2m para disimular la altura del local. Se restauraron la puertas originales acristaladas, se mantuvieron los suelos en casi toda la casa y se recolocaron los muebles, intentando valorizar el existente y alejar la sensación de apaño.

martes, 12 de julio de 2011

DE MIL COLORES

¿Que seria de la decoración sin los colores? ¡Seria minimalismo! Parece que con las tendencias de los últimos años, los colores hayan desaparecido de nuestras casas y no solo, parece que ya no existen en nuestras vidas. Mirando las revistas no vemos más que blancos, negros, grises y pocos colores más. En los años ’70 el color rompió esquemas, los papeles multicolores invadieron nuestras paredes, los greses nuestros baños, las alfombras los suelos y los estampados los sofás. En los ’80 todo se volvió mas brillante, los lacados rojos, blancos y negros, los suelos de mármol, las paredes blanca, contrastadas con otras de colores intensos, y las pinturas abstractas dando pinceladas aquí y allí. Los ’90 se preocuparon de quitarlo todo: fuera los artificios, los adornos, la decoración y presupuesto los colores. En su esencia se quería volver a la practicidad, a la comodidad y sencillez, a revalorar los materiales naturales y las formas básicas. Pero fue con el nuevo milenio que el “minimalismo” se hizo moda y adquirió valor, ya no de sencillez, si no de estatus social. Todo se quedó en lo superficial, y lo “mínimo” era gastarse un pastón para poder lucir tu casa como en una revista. No importaba si luego te sintieras en ella como dentro una nevera. En todos los rincones se oía decir que “menos es mas”, aun que quien lo decía lo hacia desde su Mercedes, buscando sus gafas de Gucci en su bolso de Prada. Ahora que, gracias a la crisis, menos es menos y no hay vuelta de hoja, ¿que vamos a hacer? ¿No habrá llegado el momento de sacar los colores a lucir? Hasta las pasarelas de moda se colorean en estos momentos y los colores, reflejos directos de la luz, nos devuelve la alegría y ayudan a mirar hacia delante con mas optimismo. Somos mediterráneos, rodeados de luz y colores, y lo mejor que podemos hacer es inspirarnos en nuestro entorno, en la naturaleza y en la fuerza que la mantiene.  Hemos cambiado, y ya no somos los psicodélicos setenteros, ni los hedonistas ochenteros, algo del sentido minimalista se nos ha pegado y lo valoramos, pero podríamos evolucionar y volver a poner alguna frecuencia del arco iris en nuestra vida. ¿Donde y como? Yo opto por las paredes. Es fácil, barato y si me canso, o no me gusta el resultado, las vuelvo a pintar. No excluyo colores en las alfombras, hay de estupendas, muy decorativas, por diferentes bolsillos y seguramente más barata que cambiar un suelo. Tampoco no nos costará mucho tapizar un sofá o cambiar unas cortinas, aun que evitaría estampados, pero si combinaría colores. Tendremos que equilibrar y visualizar el conjunto para no crear choques, o diferenciar y contrastar para definir espacios. No hay colores feos, hay colores mal utilizados. A veces se trata de encontrar el justo tono para que todo encaje. Valoramos nuestro entorno y los colores de la naturaleza como inspiración. No será lo mismo una casa del mediterráneo a una de Galicia, hay otra luz y otras referencias cromáticas. Hay colores que no nos gustan o que no pegan con el mobiliario, o con el suelo, o con el coche. No pasa nada, no estamos obligados a pintar el comedor color chicle, y si nos gusta todo blanco… pues blanco! Solo propongo ampliar las posibilidades y dar libertad a los sentidos. Hace años, en un viaje en Brasil, visité una pequeña ciudad colonial y me quedé impresionado de la variedad de colores que llenaban las fachadas de sus calles. Me di cuenta que las posibilidades son infinitas y sus combinaciones, si nos dejamos de prejuicios, increíblemente hermosas.

lunes, 11 de julio de 2011

PROYECTO 4

LA IDEA

La luz y la tranquilidad. Parece extraño, pero estos dos elementos son las bases de este proyecto, y aun mas extraño parece poder hablar de luz y tranquilidad en el bario Gótico de Barcelona.  Estos elementos estaban ocultos en el piso y la reforma integral ha logrado aprovecharlos y exaltarlos. Se han tomado como inspiración las obras de Edward Hopper, con sus arquitecturas decó, sus interiores intimistas, sus líneas limpias, sus colores apacibles. Se ha querido pensar el espacio en modo flexible, mezclando las funciones y difuminando sus confines. El proyecto ha ido valorizando las características del edificio y sus peculiaridades.
EL PROYECTO

La reforma integral de espacios e instalaciones ha ido creando lugares abiertos e independientes. Con la demolición de un pasillo de distribución, que recorría todo el piso, se pudo aprovechar el espacio y la luz, para crear un estar-comedor amplio y acogedor, que se muestra sin recelos desde el pequeño recibidor, y al que se une la cocina separada solo por un tabique. Dos grandes sofás y dos sillones decó, crean la zona de estar, separada por una base de obra, en la que se apoya el televisor y el equipo de música, del comedor. Este, de mesa cuadrada para ocho persona, es presidido por una araña vintage de cristal de Murano. La cocina en acero, de tipo industrial, se inunda de luz natural por medio de una gran ventana. Un corto distribuidor, con luces empotradas en el suelo, nos lleva a un cuarto técnico, con lavadora e caldera, al baño-vestidor y al habitación-estudio. Esta se compone de una zona de alcoba y otra de estudio que, por medio de unas puertas correderas, se puede separar y utilizar como habitación de invitados. Desde el baño, che tiene doble entrada, se puede acceder directamente a la alcoba. Los techos, hechos a vuelta catalana, se dejaron vistos para aprovechar la altura, unificar los espacios y valorizar su efecto decorativo. El suelo, en listones de madera teñidos, se extiende por toda la vivienda creando continuidad  y armonia.

LOFT O CASI

Como bien nos enseña Wikipedia el origen del “loft” lo encontramos en la ciudad de Nueva York en los años 50, principalmente en tres de sus barrios: Tribeca, Soho y el Barrio Oeste. Estas zonas fueron las grandes protagonistas de una industria floreciente y más tarde olvidada. La necesidad de grandes espacios y las rentas elevadas de pisos y apartamentos hizo que las fábricas y almacenes en desuso cobraran un gran protagonismo para ciertos sectores de la población. En principio los utilizaron estudiantes y artistas de una forma más o menos clandestina y con el tiempo, fueron rehabilitados y adaptados a restaurantes, tiendas, estudios de pintura o fotográficos y galerías de arte. Rápidamente su uso se trasladó al ámbito domestico, convirtiéndose en viviendas de lujo, espaciosas y confortables. En la actualidad, las viviendas “tipo loft” se han convertido en todo un fenómeno social que se traduce en una forma de vida vanguardista y de alto nivel. Si seguimos basándonos  en lo que Wikipedia dice, hay características que tenemos que seguir para poder adaptar una vivienda normal, ósea creada desde su origen por esta función, a una estética que la pueda definir como loft. Por ejemplo: usar el estilo minimalista, donde los acabados son dados principalmente por los materiales de la misma construcción en estado aparente, consideradas de tipo económico; crear una vivienda abierta y sin muros; elegir mobiliario funcional en todos los aspectos pero sin renunciar al confort; enfatizar la altura en los techos o crear sensaciones de altura a través de la decoración y los acabados; evitar puertas, utilizando preferentemente puertas correderas en caso de ser necesario, definir espacios con cambios de nivel, texturas y colores; evidenciar el sistema constructivo, los marcos rígidos como trabes y columnas de hormigón y/o acero; sostituir los tabiques por otros elementos divisorios como muebles (sillones, libreros), plantas, paneles, laminas metálicas o de madera, vitroblock o cristal, etc.; dejar que la luz natural inunde el espacio sin obstáculos; crear continuidad espacial visual mediante el pavimento, esquemas de color, etc.; utilizar materiales que confieran un cierto aspecto industrial etc. Ahora me pregunto: ¿porque tenemos que coger algo creado por una función “A” y disfrazarlo de algo creado por una función “B” pero adaptado para cumplir con la función “A”? ¿No es demasiado maquiavélico? ¿No nos estamos perdiendo en un juego de espejos? ¿Hasta donde tiene sentido? Creo que el valor de un loft no está en su estética, sino en su funcionalidad. Desde su origen estos espacios se han utilizado de manera libre, como lugares donde unir diferentes funciones, como el trabajo, el ocio y la residencia, sin tabúes ni prejuicios. En la vivienda actual también han entrado con fuerza funciones no específicas y tenemos que aprender a gestionarlas de la misma manera. Lo que no tiene sentido es quedarse en lo superficial. La decoración tiene que ir en acuerdo con nuestra manera de utilizar el espacio. Si realmente sentimos que la rigidez de un piso tradicional nos incomoda, está claro que llegaremos a definir espacios mas abiertos, flexibles y multifuncionales. Esto no convertirá nuestra vivienda en un loft, pero si en un lugar a nuestra medida, cómodo, relajado y moderno. La tentativa de reproducir una estética vacía y sin necesidad, nos hará vivir en un espacio ajeno, frió e incomodo. Si nos toca vivir en un espacio reducido, como pasa cada vez mas, podemos hacer que no se pierda ni un centímetro quitando la mayor parte de divisiones posibles y creando un espacio multifuncional. Tampoco esto será un loft, mas bien un estudio, pero mucho mas aprovechable. Claro que si tenemos la oportunidad de conseguir un antigua fabrica, o una planta  de un edificio de oficinas,  o hasta un almacén, allí si que podremos crear nuestro loft, sin necesariamente seguir dictamines estéticos preestablecidos. La esencia del concepto “loft” está en la libertad y si nos ponemos límites o referencia demasiado estrictos, caeremos en una contradicción que seguramente acabará notándose.

martes, 28 de junio de 2011

PROYECTO 3

LA IDEA

Un restaurante “mítico” de Barcelona ampliaba su superficie para mejorar su funcionalidad y ofrecer a sus clientes mejores servicios.  Aprovechando la ocasión se decidió cambiar de imagen, sin perder el carácter un poco kitsch que lo definía, y adaptarlo a las nuevas normativas. Siendo un restaurante de uso nocturno y con oferta de espectáculos de entretenimiento, se tomaron como inspiración los cabarets, los antiguos teatros y hasta los burdeles. La forma alargada del local, típico del ensanche barcelonés, se prestaba a distribuir las mesas en dos hileras laterales creando un pasillo central que evocaba las pasarelas de moda. Todo eso para crear un atmosfera fascinante y envolvente donde el cliente se transformara en espectador y protagonista y donde los sentidos se juntaran y, con la complacencia del gusto que compartía su protagonismo,  se exaltaran entre si.

EL PROYECTO

A parte de la reforma técnica de todas las instalaciones, el proyecto se centro en la creación de los espacios de servicio como office, wc para clientes y personal, camerinos, almacenes, la redistribución de la sala de comensales y la decoración.  Se enfatizó el pasillo-pasarela central como escenario: ahora para los artistas y sus números, ahora para el personal y la comida, ahora, también, para los clientes, que en sus movimientos, por ejemplo para ir al servicio,  se encontrian en el centro de escena. Al fondo, antes de entrar en el office y la cocina, se puso una tarima fija, con posibilidad de ampliación, para crear un verdadero escenario donde centrar los focos y llamar la atención del público. Por un lado de este escenario se puso la entrada a los baños que compartían pasillo con la entrada a los camerinos, así que el publico-cliente tuviera la impresión de meterse entre bambalinas. De hecho la decoración de los servicios estaba inspirada a los camerinos de artistas, con puertas doradas y espejos rodeados de bombillas. El comedor se decoró con cortinas de dibujos barrocos y se tapizaron los asientos con la misma tela pero en colores distintos. En la entrada, donde se sitúaria la barra, se definieron dos pequeños espacios, con sillones y mesitas,  pensados para tomar un coctel o simplemente para sentarse a charlar en petit comité.  Desde el techo de este espacio, una araña de cristales de colores, con forma de araña,  dominaría amenazante y daría la bienvenida al público, advirtiéndolo de que aquí todo puedria pasar y que no siempre las cosas serian lo que parecen.

miércoles, 22 de junio de 2011

EL CABEZAL

El cabezal de la cama viene normamente con la misma, pero con la llegada en nuestro mobiliario de elementos provenientes de otras culturas, como futones, nos encontramos sin algo que complementa nuestra habitación. O lo mismo nos pasa si queremos utilizar un somier básico, para ahorrar o porque nos gusta algo sencillo, o simplemente porque no encontramos ningún cabezal que nos guste! Hay camas con cabezales imposible, futuristas, con mil accesorios, imponentes y seguramente carísimas.  Hay otras que por estética  pierden su función y se convierten en estorbo, otras que simplemente son feas y otras que se repiten en miles de habitaciones, y perdonar si os parezco engreído, pero mi habitación no es una cualquiera! Pero necesitamos algo a lo que apoyar una cama, para completarla o encuadrarla en una pared vacía, o para tener algo que nos de protección sensorial cuando nos acostamos y estamos vulnerables. Yo he tenido esta sensación de incomodidad o de falta en algunas ocasiones. Entonces que hacer? Bueno, personalizar! Y como? Depende! De que? De todo! Siempre hay que empezar por lo que tenemos. Normalmente tenemos una habitación, un somier y una pared a la que apoyar la cama! Pero tenemos que ver que mas tenemos en la habitación: el espacio de maniobra, los materiales y las posibilidades económicas. Si tenemos otros muebles (armarios, cómodas, mesillas, escritorios, etc.) los tendremos que tener en cuenta, para que el conjunto tenga armonía y sea cómodo. El elemento espacio es muy importante para elegir una opción, no queremos opciones,por bonitas que sean, que se nos coman la cama y el poco espacio que ya teníamos para rodearla! Los materiales, cuanto menos mejor! No se trata de hacer un popurrí de maderas o de telas o de las dos cosas, o añadir metales y plásticos. A menos que se quiera  una decoración kich, que me encanta, a la que el popurri le va genial. Siempre hay que tener  presente cuanto nos queremos gastar, para no quedarnos en un quiero y no puedo o con algo que a los dos días se nos cae. Con poco también se puede hacer algo gracioso y funcional. Empezamos dando algún ejemplo: si tenéis una pared especial, de ladrillo, de piedra, torcida o simplemente de un color más fuerte, y tenéis profunidad, podéis hacer una repisa-cabezal en pladur. Este puede ser de diferentes maneras, según las exigencias y las circunstancias. La altura depende de la cama y de cómo os guste, el ancho de un mínimo de 10cm y un máx. de 30cm (mas lo encuentro demasiado y no muy funcional, pero sobre gustos…). A lo largo puede ir de pared a pared, o ser solo de la dimensión de la cama, o también incluir las mesillas o ser asimétrico. Según exigencias! Lo bueno es que se puede personalizar, abriendo agujeros donde mas nos entérese, para incluir un radiador, una libreria o sostituir las mesillas. Podemos corregir una pared torcida y aprovechar el espacio ganado. Valorizamos la pared de fondo dándole otro color y así damos movimiento. Este cabezal nos puede servir también para mover enchufes e interruptores, sin tener que romper paredes para correr los cables y podemos hasta englobar las luces en ello. Se adapta a los otros muebles y materiales porque es bastante neutro y no es excesivamente costoso, aun que nos lo tendrá que hacer un profesional. Lo mismo se puede hacer en madera o derivados, en este caso puede quedar original forrado de papel o de tela. Si somos creativos nos lo pasaremos en grande! Hay miles de posibilidades, desde un panel de madera pintado o forrado de tela a un simple cambio de color de pared, desde un dibujo hecho a mano o con vinilos a un empapelado original, desde una composición con cuadros o fotos a un cortinón de techo a suelo! Decidir lo que os gusta, porque tendreis que dormir con el! Si no somos “manitas” llamamos a un profesional y pedimos presupuesto! Un consejo: las chapuzas, aun que la idea sea buena, en chapuzas se quedan!

EL PASILLO

En las viviendas, especialmente en las antiguas, acostumbramos tener pasillos que unen una zona a otra, normalmente la de día con la de noche, pero no siempre esta diferenciación es tan acertada, por ejemplos en piso antiguos, que dan a la calle y a un patio interior, originariamente unían la de servicio con la noble. Actualmente es absurdo definir funciones tan especifica vista la manera global que tenemos de vivir los espacios. En cualquier caso esta área, con función de unión y distribución a varias habitaciones, suele ser poco valorizada o, incluso, considerada pérdida. Es verdad que en las nuevas construcciones se busca la manera de limitar este espacio dado que tenemos pocos metros y muy caros a nuestra disposición, así que intentamos no perderlos en una función de solo paso. Pero a veces es imposible eliminarlos completamente, sea por normativa, que impone zonas de filtro entre diferentes funciones, sea por distribución. Entonces tenemos que intentar englobar los pasillos en el espacio útil de la casa, pensarlos, decorarlos y vivirlos lo mas posible. Si estamos pensando en una reforma más global, intentaremos reducirlos o, por lo menos, reducir esta sensación de espacio perdido. Damos algunos ejemplos: un pasillo normalmente tiene una puerta que lo separa de una zona principal y varias puertas a las que, por medio de el, se accede a otras, una idea es quitar la primera puerta, unir el pasillo en el espacio principal, utilizando el mismo suelo, el mismo color de paredes o abrir a el locales que no tienen porque estar cerrado, como un despacho o una cocina. Hay pasillos muy largos y estrechos que dan sensaciones claustrofóbicas, como en el “Resplandor”, que simplemente iluminándolos en manera mas cálida y suave, por ejemplo con luces empotradas en el suelo, se convierten en espacios de filtros que nos relajan y acompañan a otro lugar. La pavimentación en dirección longitudinal aumenta la sensación de profundidad, sin embargo si la ponemos en perpendicular la acortará visualmente. Una puerta al fondo del pasillo se puede adelantar y englobar parte de el en la habitación a la que nos lleva. En decoración tenemos que saber que una zona de paso inferior a los 90cm no es aconsejable, así que, si consideramos eso como un limite, también podemos considerar utilizable el espacio que sobrepase esta medida. Así que en un pasillo de 120cm podremos utilizar los 30cm que nos sobran para montar una librería y, si nos sobran 40 o 50cm, hasta un armario!  Si estamos con el limite de 90cm, siempre podremos colgar algún cuadro o hacer una composición de fotos (no es una galería de arte, así que evitamos hacer una exposición de nuestras obras). De lo que se trata es decorar, amenizar y personalizar un espacio de nuestra cotidianidad. Rebajar los techos de un pasillo no siempre sirve para hacerlo mas ameno, depende de lo largo y ancho que es y una buena altura nos puede permitir una lámpara importante que nos ayude a darle un toque especial. Los altillos que recuperan ese espacio, en general no son muy cómodo pero si tenemos la necesidad de espacio… ya se sabe, la utilidad antes que la estética!  Podemos utilizar las paredes del pasillo en modo creativo: pintándolas, tapizándolas, decorándolas y englobando en ese juego las puertas que en esas encontramos. Siendo una parte más de la casa tiene que ir en acorde con el resto y dependiendo de la zona donde se encuentra (día o noche) será más apropiada una decoración u otra, unos colores u otros, unos objetos u otros, una iluminación u otra. Hay que tener en cuenta que todo lo que hagamos tiene que ser funcional y vivibles cada día, no pongamos objetos que nos estorban o que nos cansen a los dos días. No todo vale, aun que sea lo ultimo en diseño, lo que vale es lo que nos hace sentir bien y cómodos!